domingo, 7 de octubre de 2018

Torre Ramona: que no se repita el caso Averly.


El pasado 28 de septiembre la Asociación Vecinal Las Fuentes organizó un “Abrazo a la Torre Ramona” con el objetivo de conseguir que el edificio de la antigua Torre Ramona no se derribe y que se rehabilite como equipamiento público para el distrito.

Este acto fue una ocasión para que muchos vecinos, que habían vivido su infancia en este edificio cuando había sido colegio, manifestaran las ganas de conservar la memoria del barrio. No en balde, este edificio es el más antiguo de los conservados en el nivel de la huerta baja. En el plano catastral encargado por el Sindicato de Riegos de Miraflores en 1871 (realizado por Joaquín Pérez de Rozas, antiguo oficial de E.M. del Ejército) ya figura la edificación rural origen de este conjunto.

Las reivindicaciones vecinales eran muy claras:
  • “Que se paralice el expediente de demolición;
  • Que se proteja y catalogue como mínimo la capilla y los jardines;
  • Que las instituciones lleguen a un acuerdo sobre los aspectos jurídicos y económicos, que permita su rehabilitación lo antes posible;
  • Que se abra un proceso de participación para definir el uso definitivo. La Asociación apoyaría un uso compatible con la defensa de los valores y el patrimonio natural: Defensa del parque, la huerta de Las Fuentes, el Soto de Cantalobos, el medio ambiente, el cambio climático, etc.;
  • Que las viviendas que se hayan de construir sean públicas y de alquiler para fijar la población;
  • Que en el caso hipotético que se declarara la imposibilidad de la rehabilitación por el estado del edificio se desmantele y se vuelva a reconstruir.”


Abrazo a la Torre Ramona. AA.VV. las Fuentes. 28/09/2018. (Fot. PdlC)

El edificio se encuentra hoy en desuso con algunas zonas en estado de conservación muy deficiente. Este inmueble es propiedad del Gobierno de Aragón, y está incluido en el Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza en el Area de Intervención G-10-1, en la que el Ayuntamiento también posee terrenos. El inmueble no se encuentra catalogado ni posee ningún tipo de protección en el Plan General. Algunos árboles del antiguo jardín sí forman parte del catálogo de árboles del Ayuntamiento de Zaragoza.



Estado actual del edificio del antiguo Reformatorio. 
El Torreón visto desde la calle y desde el jardín. 
El patio interior, desde el patio interior y desde una ventana del edificio. (Fot. PdlC y A.A.)

La última semana de Julio de 2018 la prensa escrita informó que el Gobierno de Aragón había solicitado la demolición de este inmueble, pero ante la intervención vecinal el Ayuntamiento paralizó, al menos temporalmente, esta iniciativa con el objetivo de estudiar la posible catalogación del inmueble, revocando así la concesión de obras de demolición. Al parecer, la propuesta municipal podría consistir en catalogar únicamente una parte del edificio (el volumen de la antigua capilla y el torreón-mirador) y permitir la demolición del resto del inmueble.

En mi opinión, no podemos solucionar el problema de un edificio público en mal estado de conservación con un planteamiento de mínimos. El edificio y sus jardines poseen para el barrio de Las Fuentes y para Zaragoza un interés máximo y debemos ser conscientes de la importancia de este enclave. En 1921, por encargo del Patronato del Reformatorio de menores el Buen Pastor, el joven arquitecto Regino Borobio redacta un proyecto de intervención sobre el edificio de la Torre Ramona, y culmina unas obras que otorgan al edificio la configuración que posee en la actualidad. Un edificio organizado en torno a un patio de planta cuadrada, que dispone en la esquina orientada a la huerta existente en el nivel inferior una Capilla, que sobresale de la planta cuadrangular y se destaca por su decoración neomudéjar en ladrillo y también por su altura sobre el sobrio edificio de paramentos lisos de color blanco. Esta primera intervención es objeto de una ampliación en 1925 (también dirigida por Regino Borobio). El edificio se encuentra estrechamente vinculado a un espacio alargado de huerta, situado en un nivel ligeramente inferior (el nivel del actual parque de Torre Ramona, y del antiguo escorredero de La Filla). En este nivel, el antiguo Reformatorio poseía el espacio de huerta con un arbolado imponente, y algunos ejemplares de aquellos aún se conservan hoy en día. El Reformatorio de menores dejó de funcionar como tal en 1955, y fue colegio de monjas (Religiosas Misioneras de Nuestra Señora del Pilar), hasta que hace unos años quedó sin uso.

Fotografías de los años 20, después de la inauguración 
del edificio como Reformatorio de menores. (Fot. Archivo BAU)

La ordenación urbanística contemplada en el PGOU, en la Ficha del Área de Intervención G-10-1, ya recoge este edificio como equipamiento privado, aunque sin ningún requerimiento de conservación. Plantea una edificación residencial perimetral que anula completamente el sentido de este espacio, y es incompatible con la protección del arbolado que sí está protegido por el Ayuntamiento. Es claro que el Área de Intervención G-10-1 debe ser reordenada.

Es cierto que el edificio y sus jardines se encuentran hoy en un lamentable estado de conservación y no cuenta con un adecuado cerramiento. Pero la propiedad del inmueble es pública (Gobierno de Aragón y Ayuntamiento de Zaragoza) y no deberíamos permitir que se repita el caso Averly, en el que un conjunto de gran valor histórico, representativo de las iniciativas industriales del siglo XIX en Zaragoza, queda desfigurado por una protección parcial del conjunto en la que nuevas edificaciones anexas desvirtúan completamente el carácter del conjunto que se protege.

Este tipo de conjuntos históricos deben ser objeto de un especial mimo desde las administraciones, porque con su rehabilitación para nuevos usos, los barrios encuentran espacios que aportan identidad y cohesión social. En el caso de Las Fuentes la oportunidad es muy clara. El pasado curso 2018 realizamos en el Máster de Arquitectura de la Universidad de Zaragoza un Taller de Regeneración urbana que trabajó en Las Fuentes, con una estrecha colaboración con representantes de la Asociación Vecinal de Las Fuentes. La Torre Ramona, sus jardines, y los solares colindantes situados al norte de la calle Belchite, que están calificados como equipamientos, están en el centro del barrio, y deberían ser ordenados como el lugar público representativo del que Las Fuentes carece en la actualidad. Este espacio de referencia puede tener en el antiguo edificio de Torre Ramona y sus jardines históricos un magnifico referente. Es un caso que podría guardar muchas similitudes con el Jardín de la Memoria y la recuperación de la Harinera de San José alto como espacio de activación cultural en este barrio, por poner solo un ejemplo.

En mi opinión, el edificio del antiguo reformatorio de menores El Buen Pastor (Regino Borobio, 1921), por el interés arquitectónico e histórico que posee el edificio conservado y sus jardines, por tratarse del edificio conservado más antiguo en la huerta honda de Las Fuentes, por conservar una estrecha relación entre edificio y espacio de la huerta, y por ser uno de los primeros edificios conservados de la primera etapa del arquitecto Regino Borobio, debería ser catalogado conjuntamente con su espacio de huerta y jardines. Y ello sin perjuicio de que la Ficha del Catálogo pudiera autorizar la demolición de algunas partes del edificio, si bien siempre exigiendo una intervención arquitectónica que respete la configuración y el carácter del edificio heredado.

Asimismo, es preciso revisar de manera ambiciosa la ordenación urbanística del Área de Intervención G-10-1, conjuntamente con los solares municipales colindantes, con el objetivo general de ordenar unos espacios públicos, unos equipamientos y edificios residenciales que conformen un conjunto respetuoso con el antiguo edificio y su jardín, que sea referencia para todo el barrio de Las Fuentes. En los ejercicios realizados en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura se han verificado la diversidad de opciones existentes. Como en casi todos los casos similares en los que el barrio se juega la ordenación de un espacio central, el Ayuntamiento no debería desestimar la iniciativa de convocar un ambicioso Concurso de Ideas para la reordenación urbanística de todo este enclave. Como ya han solicitado públicamente los vecinos, en la definición del programa debería participar la Asociación Vecinal Las Fuentes, conjuntamente con el Ayuntamiento y el Gobierno de Aragón.

La oportunidad es clara, pero la urgencia es todavía mayor. En este reto, que no podemos permitirnos desaprovechar, para no repetir nuestro fracaso colectivo en Averly, todos debemos trabajar en la misma dirección. Desde este modesto Blog del Área de Urbanismo de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura ofrecemos todos los trabajos realizados en el barrio y en este enclave en particular, y nuestra disposición y apoyo para que las iniciativas vecinales ya puestas de manifiesto se lleven a cabo con una altura de miras acorde con la importancia de este enclave histórico posee en el distrito de Las Fuentes.

Pablo de la Cal