sábado, 22 de abril de 2017

Tres campus barceloneses: notas de una exploración urbana relámpago

“A veces es importante averiguar lo que la ciudad es, en lugar de lo que era o lo que debería ser” (Rem Koolhaas, Atlanta, 1995)


Puede parecer extraño referirse a las sugerentes y críticas visiones de Rem Koolhaas y su ‘ciudad genérica’, cuando se trata de entender determinados procesos de configuración de nuestros paisajes urbanos y metropolitanos más próximos. Pero no lo debería ser la insistencia en leer la ciudad contemporánea focalizando el análisis en algunos enclaves que experimentan interesantes y sorprendentes transformaciones según distintos tipos de situaciones urbanas y estrategias proyectuales aplicadas sobre ellos. Ese es el caso de los campus universitarios y ese era el objetivo de una visita reciente a tres campus universitarios de Barcelona, el pasado 6 de abril, con estudiantes de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza


Las impresiones que se recogen en estas notas corresponden a esa visita, con un espíritu similar a las de otras exploraciones anteriores reseñadas en este Blog, sobre lugares próximos –como los barrios zaragozanos de San Pablo, Ebro Viejo, Oliver o San José- o sobre otros más lejanos –como Lisboa, Estocolmo, etc.-, en todos los cuales se desarrollaban sendos ejercicios vinculados a asignaturas de Urbanismo, la visita barcelonesa también estaba ligada a un ejercicio urbanístico. En el actual semestre de primavera, varias asignaturas abordan determinadas situaciones urbanas en los campus zaragozanos de San Francisco (‘central’) y Río Ebro (‘politécnico’). Se trata de una exploración urbanística y paisajística más, entre las que llevamos a cabo estudiantes y profesores de la EINA, en las aulas y fuera de ellas.

Plan de mejora urbana del Campus Diagonal

En esta ocasión, la visita comenzó en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, con una charla a cargo de Estanislao Roca, catedrático de urbanismo y autor de diversos trabajos sobre el denominado Campus Diagonal Sur. Desde nuestros años de estudiantes en el edificio –ahora ampliado con las ‘aulas Coderch’- algunos de los profesores de la excursión (Basilio Tobías y el firmante de estas notas, en la década de los setenta del pasado siglo), recordábamos la sensación de haber sido usuarios de un edificio autista respecto a otras facultades y escuelas vecinas, sin apenas conciencia de la posibilidad de un campus algo más urbano como el que se va configurando ahora. Efectivamente, además de la mejora sustancial en el edificio debido a esa notable ampliación, la construcción de una biblioteca externa y la progresiva reurbanización de los espacios públicos adyacentes –con el trazado de una nueva línea de tranvía en una calle tangente a la Escuela, está dando lugar a una progresiva reconversión y recualificación del campus.


A pesar de ello, la integración urbana del Campus Diagonal todavía dista de aprovechar las ventajas de una posición privilegiada como la actual. Las propuestas de mejora del equipo de Estanislao Roca y Luis Alegre en 2008, con el Plan de Mejora Urbana del Campus Diagonal Sur y el llamado Barcelona Knowledge Campus (BKC) deberían repercutir en un impulso decisivo mediante la recualificación decidida del conjunto. En particular, se trata de potenciar usos mixtos, no exclusivamente universitarios, tal como se menciona en el Plan: “Los usos colectivos que se establecen en el entorno del Ágora universitaria y frente a los bulevares mencionados serán grandes activos que ayudaran a vitalizar este campus-ciudad. Además, el Ágora central o plaza cívica será el verdadero corazón del Campus Sur de la Diagonal. En ese entorno se apuesta por la presencia de edificios de servicios y viviendas dotacionales para estudiantes y profesores. De esta forma se trata de fomentar la interrelación disciplinar y social del estudiantado de las distintas facultades y se confía en saldar ‘el tributo de autismo’ característico de muchos edificios de campus universitarios: “la mezcla de usos permitirá evitar la desertización urbana propia de un campus de uso exclusivamente docente cuando acabe su actividad y así garantizar la continuidad de la vida urbana”.


En el ‘Campus Nord’, al otro lado de la Diagonal, hay muchas otras cuestiones que nos llevan a repensar el complejo proceso de configuración de los campus de ‘penúltima generación’, es decir, de los proyectados y desarrollados a desde la década de los años ochenta del siglo pasado. Hay que decir que la concepción inicial del Plan Especial del Campus Nord de la UPC (1984, aprobación 1990) del equipo de Luis Cantallops se basaba en una idea de equilibrio entre la voluntad de construir un conjunto unitario (como podría ser el caso de un conjunto residencial o polígono de viviendas) y su atención simultánea a las escalas más bajas y al tratamiento cuidadoso de los espacios públicos. Era el momento de la ‘reconstrucción de Barcelona’, con la recuperación de las formas urbanas propias de la ciudad tradicional, con calles, manzanas y plazas. Algunos datos permiten hacerse una idea de los planteamientos más específicos del Plan: la superficie ordenada era de 12.1 ha, de las cuales 3.7 se definen como zona verde. El programa se estructura en dos sectores, uno con disposición modular de pabellones (que acogen aulas, seminarios, departamentos, laboratorios docentes y de investigación) caracterizada por un sistema ortogonal de calles y tres plazas; y otro sector en el que se ubican los edificios singulares, con identidad propia, que constituyen los servicios generales del Campus, como el auditorio/ centro de arte-ciencia-técnica, la biblioteca, el polideportivo, el centro de cálculo I+D, etc. En cuanto a las zonas de aparcamiento, se dispone espacio para 1.160 plazas, algo más de la cuarta parte de ellas subterráneas.



A partir del plan, su desarrollo fue bastante rápido, mediante diversos proyectos, a cargo de J. Benedito, V. Rahola, L. Nadal, J. Llinás… Actualmente alberga tres facultades, la Biblioteca Gabriel Ferraté, varios departamentos de la universidad y un gran número de centros de investigación. A mediados de la década de los noventa sólo faltaba el segundo edificio Nexus (I+D), que se construiría poco más tarde, con proyecto de R. Bofill.

Plan especial Campus Nord (1984)



Como una pieza más del Campus al norte de la Diagonal, pero separado del resto por el Jardín de Pedralbes, se encuentra la Facultad de Derecho con sus recientes ampliaciones. El recorrido efectuado desde el Campus Nord permite entender los procesos de extensión y los problemas de integración entre el conjunto de facultades y edificios universitarios. Hay que tener en cuenta la excepcional calidad de este espacio verde, que proviene de las fincas adquiridas por Eusebi Güell en el siglo XIX, con las intervenciones de Gaudí y con la posterior cesión de los terrenos a la corona y los proyectos de reconversión de la torre en Palacio Real (durante los años veinte), completándose con los jardines proyectados por N. Rubió y Tudurí, de gran calidad paisajística. Desde los años noventa, se instala el Museo de Cerámica, junto al de Artes Decorativas y el Museo Textil (además de la Sede 
Sede del secretariado de la Unión para el Mediterráneo. El reto ahora es el de integrar esa pieza equipada y los históricos jardines, permeabilizando los pasos a través de ellos para dotar de coherencia al Campus. En definitiva, una situación urbana que puede entenderse como un collage de distintas piezas urbanas con posibilidades de transformación abiertas, a veces poco aprovechadas, como sucede en las últimas intervenciones al Este de los jardines y en el viario que delimita el recinto de la Facultad de Derecho.



Finalmente, la visita al Campus Diagonal Besós (o Campus del Besós), permitió entender el proceso de formación de un conjunto unitario con un programa académico similar al de los anteriores, pero en otro tipo de situación urbana completamente diferente. Efectivamente, aquí hay que partir de la estrategia urbana iniciada en torno al año 2000, con la voluntad de llevar a cabo lo que entonces se llamó ‘la segunda renovación’ de Barcelona, la que con de forma arriesgada y con gran decisión se aventuró en la recuperación de las áreas más degradadas de la ciudad, no sólo como prolongación de la apertura al mar asociada al impulso de los juegos olímpicos de 1992, sino también con la apuesta por abordar los graves problemas ambientales en la desembocadura del río Besós, de conexión de infraestructuras viarias y de todo tipo, también de integración urbana de múltiples fragmentos que habían ido surgiendo con lógicas diversas. Así, el Fórum de las Culturas de 2004 resultó ser un catalizador de otras muchas actuaciones, entre otras las asociadas a la prolongación de la Diagonal, el nuevo frente litoral o las iniciadas en los polígonos de La Mina y el Sudoeste del Besós. La del Campus del Besós, fue una de las más complejas, arriesgadas y con mayor potencial transformador, tal como pudimos entender después de las explicaciones de Josep Benedito, arquitecto responsable de la mayor parte de las iniciativas urbanísticas emprendidas por las universidades barcelonesas durante las últimas décadas. 



El nuevo Campus Diagonal Besós se sitúa junto al área del Fórum, entre la calle Taulat y la Ronda Litoral y –según la descripción oficial- es un complejo académico y de investigación en el ámbito de la ingeniería industrial emprendido por la Universitat Politécnica de Catalunya para constituir un futuro espacio de referencia internacional en la docencia, investigación e innovación en las áreas de las tecnologías químicas, de materiales, biomédica y de la energía; comprende tres edificios universitarios, una amplia zona de comunicación, la urbanización del Campus y las infraestructuras de servicios. El Plan de Mejora Urbana del sector –a cargo del equipo de Josep Benedito- ordena el solar mediante un gran eje central paralelo al mar, situando a ambos lados los diversos edificios que componen el Campus. El Plan prefigura asimismo la volumetría final de éstos, determinando para cada uno de ellos dos alturas. Los que dan a la calle Taulat serian de PB+7 y PB+3 mientras que los que dan a la Ronda serian de PB+5 y PB+3, dando siempre el volumen de altura inferior hacia el eje central del Campus. 




En definitiva, la estrategia urbana global se desarrolla mediante un proyecto urbano innovador que permite configurar un sistema compacto cualificando un enclave surgido como producto de un crecimiento de la ciudad a base de diversas infraestructuras, fragmentos y vacíos urbanos. No deja de sorprender la capacidad de la ciudad para introducir nuevas formas urbanas que pueden repercutir en una renovación sustancial de entornos complejos en los que parecería difícil pensar en la viabilidad de un campus como el que ya se está configurando (el curso comenzó en septiembre del pasado año). Como solemos decir a nuestros alumnos en nuestras reflexiones sobre distintas situaciones en las que se trata de pensar las estrategias para mejorar la urbanidad de nuestras ciudades, podríamos imaginarnos lo que dirían algunos de los personajes que protagonizan los debates urbanísticos recientes. Por ejemplo, Jan Gehl, quién probablemente se sentiría más cómodo en los campus de Diagonal Norte, con sus calles, manzanas y plazas; o Rem Koolhaas, quién seguramente nos permitiría “averiguar lo que la ciudad es”, sobre todo en entornos urbanos y metropolitanos más complejos, propios de la ciudad genérica, con sus problemas y sus ventajas evidentes, para los que se decidan a explorarlos a fondo. 


Rem Koolhaas/ OMA_Proyecto para el Campus UITHOF Utrecht (1986)



Javier Monclús


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