viernes, 9 de diciembre de 2011

Documentales sobre Regent Street y las grandes vías

En el debate sobre las grandes vías de las ciudades españolas que tuvo lugar en la pasada primavera con motivo de la exposición sobre el tema que tuvo lugar en el Paraninfo, se cruzaron las referencias a otras "grandes calles", en la terminología de Allan Jacobs: de Regent Street en Londres, a los bulevares parisinos, las avenidas de Chicago o la Stalinallee en Berlín.

Enlazando con las interpretaciones del urbanismo londinense, proponemos relacionar esas operaciones de arquitectura urbana, obviamente diferentes por su morfología y las características de los respectivos contextos urbanos , pero que pueden entenderse también como artefactos modernos y, a la vez, como espacios prestigiosos y representativos vertebradores de extensos ámbitos urbanos. Con esa intención comparativa y para aproximarse a uno de los espacios más significativos de la ciudad de Londres, incluimos un breve documental del proceso de configuración de Regent Street y de Regent's Park.

The Regent's Park and Regent Street 



A continuación, se adjuntan otros dos documentales producidos con motivo de las exposiciones de Madrid y Zaragoza. Además, aprovechamos para recordar que el catálogo de las mismas está disponible en http://lampreave.es/76-la-gran-via-de-zaragoza-y-otras-grandes-vias.html, así como en Prensas Universitarias de Zaragoza (PUZ).

La Gran Vía de Zaragoza y las otras grandes vías 



Las Grandes Vías de España. Miradas a su tiempo 

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Londres (...to Victoria Station, please)

Estoy en el tren, rumbo al hosco septentrión gallego, y revisando mi cuaderno de notas pienso que me vendría bien escribir algo sobre Londres. Hemos recibido mucha información en muy poco tiempo y se hace necesario ordenar ideas. Tenemos los inputs de la clase magistral de Michael Hebbert, los documentales de las últimas semanas, las apreciaciones en clase de nuestros profesores y el mapa de puntos de interés, a parte de la propia mochila y experiencias que cada uno tengamos en relación con dicha ciudad.


Estaba pensando que la idea que tengo yo de Londres empezó a formarse allá por el año 2001 (tenía 12 años aquel verano), cuando pasé con mi padre un par de días antes de coger el tren, haciendo una breve escala en el trayecto a Edimburgo. Y en mi cabeza tengo tres imágenes (o sensaciones) muy claras de Londres, de esas que se te quedan grabadas a fuego.
Recuerdo muy bien el Bed&Breakfast donde nos hospedamos, una de esas “casitas en serie” de “baja más dos“ en pleno centro de Londres (fachada gris y negra, había que subir unas escaleritas para entrar, y una habitación de techo alto, por supuesto con las ventanas “guillotina”). Allí se veía la caligrafía de la Arquitectura de Londres de la que habla Jacqes Ferrier en el documental (una “Architecture of simple bricks”), y ese b&b bien podría ser una casa cualquiera en un barrio cualquiera. Recuerdo el desayuno en la planta baja y la cocinera, que era gallega (siempre te encuentras a alguno por ahí adelante) y que como le caí en gracia me hizo una degustación de formas de tomar los huevos (boiled, scrambled, fried, poached...) acompañados de un maravilloso té.
La segunda visión es un parque, lo recuerdo verde y amplio, y muy agradable, otro de los puntos fuerza de la ciudad, tanto los grandes parques, como los parques privados de los barrios que “reproducen la relación jardín-casa a escala urbana”.
Y la tercera visión es la de un restaurante turco en el que cenamos un día (hasta mucho después no aparecerían en España), sabores y aromas difíciles de olvidar. Como dijo Michael Hebbert Londres es una ciudad que “sobrevive gracias a la globalización”.
De otras visitas años más tarde recuerdo el London Eye, los museos, los grandes almacenes Harrod’s, los autobuses de dos pisos... Pero me parecen mucho más interesantes esas tres imágenes de antaño, con la mirada aún limpia y desprendida de un niño.
También recuerdo el relato de mi madre, cuando en su juventud iba hacia Cambridge con su hermana y se subieron en un típico cab londinense. Habían llegado al aeropuerto de Londres y tenían que coger el tren, mi madre dijo al taxista en el más académico inglés: “To Victoria Station, please” (pues en su libro de inglés los ejemplos de conversación utilizaban siempre el nombre de susodicha estación, y claro, lo más lógico es pensar que una gran ciudad como Londres va a tener una estación central importante y de ahí se podría tomar el tren a Cambridge ¿no?). Hablando con el taxista sobre el destino al que viajaban, descubrió no solo que Londres tenía muchas más estaciones, sino que la suya no era Victoria, sino Paddington, y que el “tour” por la ciudad le iba a costar la mitad de las libras que llevaba en la cartera. Mi madre llama a Londres “esa ciudad gris con tantas estaciones”. Esta graciosa anécdota nos habla de lo que ya Rasmussen calificaba como “scattered city”, ciudad dispersa y del enrevesado viario y sistema de circulaciones que aún hoy es una de las grandes patologías de Londres y da lugar a proyectos como el de tren metropolitano que pudimos ver en la clase de Michael Hebbert.
Ahora bien, tras recibir todos los inputs de los vídeos, conferencias y clases, y revisando mis notas un poco al vuelo, definiría la ciudad de Londres como una ciudad bipolar, hemipléjica, multicultural y fácil de vivir que ha sabido reinventarse a sí misma las veces que ha hecho falta. Bipolar (East-West) geográficamente entre Westminster y la city, con esos dos polos fuertes que se van poco a poco y con el paso de los años diluyendo en el resto del organismo urbano. Hemipléjica, pues en todos los dibujos y diagramas empezamos siempre por el norte de Támesis y el sur aparece siempre como algo menos relevante. Londres es una ciudad multicultural y solo hace falta darse una vuelta por los mercados, olfatear las calles y dejarse impregnar por su espíritu internacional, que probablemente no agradara a Rasmunssen pero que resulta lógico en el contexto de una ciudad de la entidad de Londres.
Y sobre todo Londres se trata de una ciudad que ha sabido cambiar y adaptarse como pocas a los “temporales”, que ha capeado como solo una señora ciudad puede hacer. En este sentido tiene especial interés mencionar el plan de Abercrombie tras la guerra (tema latente en cada charla, clase o documental sobre Londres) y del cual me quedo con una frase del propio arquitecto explicando el plan: “a plan is something that is living, something that is growing”. Un plan es algo vivo, pero como el plan de Londres a pesar de su flexibilidad debería tener puntos que sobreviven a todas las vueltas y circunstancias cambiantes (solo hace falta mirar la imagen del plan para ver que realmente es algo vivo), la organización en “villages”, un orden superior que combate el “lack of order of design” anterior.
En el documental “Proud City” se desprende la idea de que la ciudad era un batiburrillo ya antes de la guerra, y que ahora hay que librar una nueva batalla y ordenar “London’s untidy scroll” ya que “big problems require big solutions”. Tuvimos ocasión de ver en imágenes como “los niños solo pueden jugar en las calles” o “las cocinas están en el rellano de las escaleras”, y como el plan propone la organización y los espacios libres necesarios, para que las condiciones de habitabilidad sean “mejores”. Y cuando se ven esas escenas no puede evitar uno pensar que justamente jugar en las calles estrechas y comer con tu vecino en el rellano tiene un algo romanticón que quizá se haya perdido. Tampoco se puede evitar pensar en las nuevas torres, que vertebran las zonas de nueva vida de Londres, y que cambian drásticamente el carácter de la ciudad. Nada que ver con arquitectura útil y seria como la Tate, reconversión de fábrica en espacio cultural contemporáneo.

Cada vez tengo más ganas de volver a visitar Londres, a la luz de nuevas entradas a la ciudad, con una mochila muy diferente a la de anteriores ocasiones, pero intentando conservar en la medida de lo posible la mirada limpia de los niños que un día fuimos. Siempre podemos equivocarnos deliberadamente de estación y ver un Londres diferente desde la ventanilla de un taxi: “to Victoria Station, please”.

Miguel Guerra Mirón
Referencias
Conferencia M. Hebbert “London still the unique city?
Clases de Urbanismo II
Filmografía
Utopia London
Proud city
Documental Jacques Ferrier Londres.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Proud City (1945): un documental sobre el Plan de Londres de 1943

Continuando la nota anterior sobre dos visiones globales del urbanismo londinense y también la presentación del documental “Utopia London” (2010) en el que Tom Cordell revisa el auge y decadencia del movimiento moderno después de la Segunda Guerra Mundial y el optimismo por un futuro mejor de una generación de jóvenes arquitectos ingleses cargados de ideales, a través de 15 obras ejemplares de vivienda social en Londres, interesa tener en cuenta el excepcional documento original titulado “Proud City”. Como hace ahora más de 50 años de su realización y ya han caducado los derechos de reproducción, es posible verlo completo en vimeo.



Arthur Ling, aunque podría ser Patrick Abercrombie, explicando el Plan de Londres
La película comienza reiterando la visión generalizada de que los bombardeos de la guerra deben ser vistos como una oportunidad histórica para la reconstrucción y renovación radical de Londres. La imagen corresponde al momento en el que Arthur Ling, un miembro del Departamento de Arquitectura del London County Council, procede a una explicación muy didáctica de los principios del nuevo urbanismo. Después de identificar las áreas que deben ser objeto de intervención, expone el caso del barrio de Stepney como ejemplo de nueva “unidad vecinal”. También se ocupa de la remodelación del sistema viario y ferroviario, uno de los aspectos más polémicos y criticados por muchos arquitectos y urbanistas, desde Rasmussen hasta Hebbert.
Javier Monclús

viernes, 25 de noviembre de 2011

Londres, ciudad única: las visiones de Steen E. Rasmussen y de Michael Hebbert



Londres siempre ha sido una ciudad singular y un referente esencial para arquitectos y urbanistas. Cualquier historia de la arquitectura o del urbanismo dedica una atención especial a su configuración urbana y a su paisaje arquitectónico. Además, los sucesivos ciclos de renovación y reconstrucción de Londres han dado lugar a una ciudad cada vez más global pero que, al mismo tiempo, ha sido capaz de mantener su singularidad y sus rasgos de identidad urbana. Es por ello que, además de un objetivo turístico internacional, Londres puede verse como un laboratorio en se encuentran múltiples episodios que son objeto de debate continuo en la cultura profesional de los arquitectos, por lo que constituye también un interesante destino para los viajes de estudios, como el que se realizará el próximo mes de febrero, organizado por las áreas de Composición Arquitectónica y de Urbanística de nuestra Escuela.

La personalidad “única” de Londres era el punto de partida del libro ya clásico de Steen Elier Rasmussen London, The Unique City. El libro fue publicado inicialmente en danés, en 1934 y después en inglés, en 1937, con posteriores ediciones en varios idiomas (a destacar la italiana, en 1972, con prólogo de Tafuri). Interesa tener muy en cuenta ese libro por varios motivos, entre otros porque fue tomado como argumento central de la conferencia que impartió el profesor Michael Hebbert en la Escuela, hace un par de semanas.
London. The Unique City (1982)
Respecto a S.E. Rasmussen (1898- 1990) hay que decir que se trata de un arquitecto urbanista y autor de varias publicaciones, entre las que se encuentra el libro mencionado. Rasmussen fue también profesor en la Royal Danish Academy of Fine Arts de Copen­hague, desde 1924 hasta 1968. Además, fue autor de otros dos libros importantes: Towns and Buildings (1951), and Experiencing Architecture (1959) (ambos disponen de versiones en castellano). Pero Rasmussen es conocido sobre todo en la cultura urbanística internacional por ser el autor principal del equipo que redactó el famoso “Finger Plan” para Copenhague (1948), unos años después de la aprobación del todavía más conocido “County of London Plan”, de Patrick Abercrombie (1943).

Su punto de vista sobre Londres se expresa claramente en el primer capítulo del libro: si París y Viena pueden considerarse los prototipos del urbanismo europeo de finales del siglo XIX, adscribiéndose al tipo de ciudad “concentrada”, la capital británica correspondería al segundo tipo, el de la ciudad “descentralizada”, “dispersa” o “extendida” (“scattered city”): precisamente el que Rasmussen considera el “modelo ideal”. Para entender la especificidad del caso londinense, el autor reconoce que hay que tener en cuenta la conjunción de muchas circunstancias. Por ello, se plantea una interpretación de la historia urbana de Londres no como un fin en sí mismo, sino como un medio para entender la ciudad del presente.
Londres, ciudad única (2010)
Recientemente, el libro de Rasmussen ha sido traducido al castellano y publicado por la Fundación Caja de Arquitectos. Como señala Ángel Martín en el prefacio “el gran mérito de esta obra radica en que su discurso principal, la lectura operativa de la forma urbana de Londres, se ha mantenido con un vigor notable”. En el fondo, lo que se pretende en el libro es explicar la tendencia y el proceso que está en la base de la singular forma urbana “descentralizada” de Londres. Así, la obra se estructura capítulos más bien temáticos que cronológicos: 1. Londres, la ciudad descentralizada “scattered”); 2. La independencia de Londres; 3. El centro del comercio mundial; 4. Los intentos de contener el crecimiento de Londres; 5. El origen de los campos de recreo; 6. Los planes urbanísticos de 1666; 7. Las comunicaciones de Londres; 8. El jardín paisajístico inglés; 9. Las plazas de Londres; 10. La arquitectura doméstica; 11. La verdadera y triste historia de Regent Street; 12. La casa londinense; 13. Los parques de Londres; 14. Los transportes londinenses; 15. La ciudad-jardín; 16. Un final de lo más infeliz.

Resulta interesante la argumentación de Rasmussen a favor de la ciudad descentralizada o dispersa (“scattered”, “extendida”, en la traducción española) y su contraposición frente al modelo de la “ciudad compacta”, tan impuesta en las concepciones actuales. El autor encuentra distintas claves que explican la personalidad urbana y arquitectónica de Londres, una “ciudad sin centro”, contrapuesta a las “ciudades centralizadas” del continente. Especialmente importante es el peso de la casa unifamiliar inglesa, correspondiente a un estilo de vida propio. Así como la naturaleza “orgánica” de su crecimiento urbano.

No hay que olvidar el contexto en el que se redacta el libro, con el intenso debate sobre el urbanismo moderno que se desarrolla durante los años 30 y 40 del pasado siglo. La doble dedicatoria a Raymond Unwin y a Werner Hegemann resulta suficientemente significativa sobre sus afinidades con la Arquitectura urbana moderna (la de A.E. Brinckmann y otros, no la del urbanismo funcionalista de los CIAM). Sin embargo, casi 50 años más tarde, en la reedición inglesa de 1982, se incluye como apéndice un ensayo sobre las New Towns (redactado en 1978), que proporciona una visión renovada del autor: “Modern and Ancient: a New and More Happy Ending but No End”.

London. More by Fortune than Design (1998)

Otro libro sobre Londres que va camino de convertirse en clásico es London, more by Fortune than Design (John Wiley, 1998). El autor de ese libro es el catedrático de urbanismo, actualmente en la Universidad de Manchester, Michael Hebbert, a quién tuvimos la suerte de escuchar una magnífica conferencia en nuestra Escuela, con el título “London. Still a Unique City? El punto de vista Hebbert se corresponde con el de un conocedor profundo del urbanismo londinense que ha sido, entre otras cosas, coordinador, durante 15 años, de 1979 a 1994, de los Máster y estudios en Urbanismo de la London School of Economics. Así como, más recientemente, continua su labor en distintas unidades de investigación de la School of Environment & Development's, especialmente en el llamado Manchester Architecture Research Centre (MARC).

Frente a la estructura temática del libro de Rasmussen, Hebbert adopta una visión más cronológica. Sin embargo, la perspectiva urbanística resulta excepcionalmente adecuada para explicar un proceso tan complejo como el de la forma urbana londinense a través de nueve capítulos: 1. The Knowledge: 2. The First Six Miles; 3. The Last Six Miles; 4. City in a Ring; 5. Albion Awakes; 6. Paved with Gold; 7 Londoners; 8. A New Geography; 9. Still the Unique City.

En su libro, desde una visión más académica y rigurosa, el autor comparte la esencia de la interpretación de Rasmussen sobre la personalidad “única” de Londres. En particular, Hebbert argumenta que Londres es “una ciudad de poblados”, de barrios y de distritos con una extraordinaria variedad de usos y de gran personalidad urbana. Y Frente a París, el contraste no puede ser más completo: “la historia de París es una historia de absorción e incorporación en una creciente y progresiva unidad orgánica. Londres es una historia de multiplicaciones, no solo de gobiernos locales sino de todos los aspectos de la vida metropolitana”.

El título corresponde a los sugerentes argumentos que se despliegan en el libro: “Fortune and Design”, “chance and intention”, “spontaneity and plan, muddle and pattern”. Es decir, algo así como el equilibrio entre suerte e intención, crecimiento espontáneo y planificado, confusión y orden, etc. En torno a esos argumentos se explican las características más acusadas de Londres: la escala doméstica de su arquitectura, especialmente la residencial, la ausencia de monumentalidad que caracteriza a otras capitales, la dificultad de lectura del conjunto y la originalidad de sus barrios.
 
County of London Plan (1943)

La interpretación del significado y los efectos del famoso Plan de Londres de 1943 forma parte de uno de los pasajes más convincentes y apasionantes del libro. Hebbert explica la confluencia en ese Plan de las visiones de los arquitectos modernos, los arquitectos clasicistas y los pragmáticos ingenieros de tráfico. En efecto, la oportunidad que se presentaba tras los bombardeos de la Guerra y la decisión de “aprovechar el momento” para remodelar la ciudad era vista desde distintas perspectivas que rivalizaban a la hora de proponer un plan de conjunto. Por un lado, el Modern Architecture Research Group (MARS), proponía una renovación radical, con unidades residenciales en altura y con grandes espacios libres. En segundo lugar, los clasicistas de la Royal Academy como Edwin Lutyens proponían reformas que permitieran obtener grandes vistas axiales con nuevos frentes de edificación monumentales. Por último, los ingenieros proponían una remodelación no menos radical basada en un nuevo sistema viario eficiente. Fue el contraste entre esas visiones lo que favoreció la visión sintética de Patrick Abercrombie en su Plan. Así, el County of London Plan, junto con el Greater London Plan de 1944 se convirtieron en un referente del urbanismo internacional de las décadas siguientes, tan importante al menos como lo había sido el Plan de Chicago de 1909. Afortunadamente, según Hebbert y la mayor parte de los analistas actuales, esos planes tuvieron éxito en la propuesta del Green Belt, pero fracasaron, también afortunadamente, en sus intentos de aplicar el “cóctel letal” de la teoría de las unidades vecinales aplicada con una radicalidad tal que hubiera llevado a la destrucción de la trama urbana existente para implantar nuevos enclaves pretendidamente autosuficientes. Más por una serie de circunstancias económicas y políticas que por intencionalidad y elaborado planeamiento: “More by Fortune than Design”.



En su conferencia, Michael Hebbert desarrolló algunos de los principales argumentos de su libro, especialmente los del último capítulo, sobre la pervivencia de los rasgos urbanísticos que hacen de Londres todavía una ciudad única, a pesar de la aceleración de los procesos de globalización y la reconversión sustancial de la base económica de la ciudad. Algunos tienen que ver con las características geográficas del lugar y con la recuperación de espacios libres públicos. Por cierto, la foto del poster fue tomada por el autor de esta nota, en abril de 2004, cuando Michael me invitó a conocer el Támesis “el rasgo morfológico más característico de Londres” como dice en el libro. Utilizando la terminología del clásico estudio de Kevin Lynch “La imagen de la ciudad”, el río es un “límite” claro, un punto y eje de referencia para la construcción del mapa mental de Londres. Además, es un elemento natural “con sus mareas que cambian cada día”, pero también un espacio que permite visiones abiertas de su perfil urbano

En definitiva, Hebbert menciona los motivos por los Londres todavía puede seguir considerándose una “ciudad única”: una ciudad de barrios con entidad propia, bien conectados por transporte público; una ciudad con un sistema excepcional de parques y jardines, con un cinturón verde que ha permitido contener el crecimiento disperso y contribuir a una compactación de la ciudad de 1.500 km2 que sigue creciendo en el interior del mismo; una ciudad de escala humana, a pesar de su carácter de ciudad global, metropolitana, con límites difusos más allá de su Green Belt.

Javier Monclús

domingo, 23 de octubre de 2011

Proyectos urbanos estratégicos en ciudades latinoamericanas y europeas

Hace unas semanas, he tenido la oportunidad de participar en varias sesiones de debate sobre la naturaleza de los proyectos urbanos estratégicos y los grandes eventos en las ciudades latinoamericanas, invitado por una universidad brasileña y otra uruguaya. Las sesiones fueron promovidas por la Universidade Federale de Bahía (Salvador de Bahía) y por la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República (Montevideo) y se desarrollaron en esas ciudades. Además, en otra ciudad brasileña, Maceió, se celebró el Seminário Internacional URBICENTROS 2011, en el cual se trataron temas complementarios, pero también centrados en las experiencias y proyectos de ciudades que apuestan por diferentes tipos de proyectos urbanos como estrategia de transformación urbanística.

El punto de partida, en Brasil, es el de los eventos programados para los próximos años: Copa Mundial de Futbol Brasil 2014 y Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, el 2016. En Salvador, el debate surgió tras mi presentación “A herença urbanistica dos grandes eventos”, y sirvió para detectar algunos paralelismos y especificidades entre los proyectos que se llevan a cabo en las distintas sedes del campeonato de fútbol, así como en la preparación de los Juegos Olímpicos con la mirada puesta en las experiencias recientes de otras ciudades, muy especialmente el caso de Barcelona. También fue objeto de análisis la experiencia de la Exposición internacional de Zaragoza de 2008, centrándose en los aspectos urbanísticos más relevantes: estrategias urbanas, impacto, proyectos asociados, etc.
Parque olímpico de Río 2016 (proyecto postolímpico)
Salvador de Bahía: nuevo estadio 2014
En Montevideo, el debate se planteaba desde la oportunidad de actualización del Plan de Ordenamiento Territorial, aprobado en 1998. Allí se detectan situaciones más próximas a las de las ciudades europeas, como corresponde a una ciudad de características espaciales y socioeconómicas menos polarizadas respecto a las ciudades brasileñas. Así, la inclusión de determinados proyectos de carácter estratégico en Plan, muestra un recorrido bastante paralelo al del urbanismo que se impone en la mayor parte de las ciudades europeas. En cualquier caso, interesa poner de manifiesto la capacidad de los gestores municipales para controlar uno de procesos que están modificando la estructura tradicional de las ciudades latinoamericanas: la proliferación de “barrios cerrados” (“countries” en ciudades argentinas o uruguayas) ha sido frenada en Montevideo por una firme decisión del gobierno municipal. Y también podría destacarse que el Avance de ese Plan fue elaborado en la Facultad de Arquitectura, dejando al equipo de gerencia urbanística su encaje y desarrollo definitivo, en una muestra de colaboración entre Universidad y Ayuntamiento que recuerda a lo sucedido en Barcelona desde finales de la década de los 80.
Montevideo: Plan de Ordenamiento Territorial

Se reproduce a continuación el artículo, publicado en la revista Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. XV, nº 895 (3), 5 de noviembre de 2010
http://www.ub.edu/geocrit/b3w-895/b3w-895-3.htm

Urbanismo olímpico y postolímpico. Visiones profesionales, académicas y periodísticas

En una entrevista reciente, el conocido geógrafo y urbanista Peter Hall respondía así al preguntarle si creía que Barcelona está “muriendo de éxito”: “es una manera agradable de morir. Muchas ciudades lo desearían. En Europa hay muchas urbes en declive porque nacieron para cumplir una función que ya no cumplen. Para sobrevivir deben encontrar otra. Londres y Barcelona lo han hecho. Han perdido la mayoría de su industria, pero han encontrado otras actividades”. Ese diagnóstico contrasta fuertemente con otros que cuestionan el “modelo Barcelona” y sus implicaciones en la vida cotidiana de sus ciudadanos. Sólo por poner un ejemplo, el arquitecto y profesor Rafael Moneo, en un acto celebrado en el CCCB, decía recientemente que “el verdadero lujo es el de las ciudades sin turismo”. Una alusión indirecta a ese modelo de éxito del que Barcelona es un referente internacional.

Como profesor universitario y arquitecto urbanista, mi visión del urbanismo contemporáneo y, en particular, del “urbanismo de los eventos” resulta de una doble perspectiva. Por un lado, desde nuestro grupo de trabajo universitario en la UPC hemos analizado durante algún tiempo ciertos eventos, como los que han marcado la trayectoria urbanística de Barcelona en 1888, 1929 y 1992. Por otro, he estado implicado directamente (trabajando como urbanista durante cuatro años en la Expo de Zaragoza 2008) en un evento que, como los olímpicos, puede inscribirse en ese tipo de urbanismo que se ha calificado de estratégico. Con esa doble aproximación, académica y profesional, he podido comprobar la diversidad de enfoques e interpretaciones sobre el fenómeno de los eventos y, en general, del urbanismo estratégico contemporáneo. Una diversidad que todavía se amplía más al considerar las visiones de carácter periodístico, generalmente más críticas y, en todo caso, complementarias respecto a las anteriores.

Con intención de poner de manifiesto el interés de tener en cuenta esos puntos de vista tan diferentes, me parece oportuno comentar el urbanismo barcelonés al hilo de tres publicaciones recientes.

Barcelona olímpica y postolímpica
La primera publicación es un producto del área de Urbanismo, Infraestructuras y Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona: "Barcelona, Transformación, Planes y Proyectos" (2008). Se trata de un volumen que forma parte de una serie iniciada a principios de los años 80 por dicho departamento municipal. En las bibliotecas universitarias es posible encontrar esa serie de volúmenes que, con un mismo formato (30 x 30 cm) y una gran calidad técnica, describen el urbanismo barcelonés de las tres últimas décadas. Ese hecho es ya indicativo de cierta continuidad en las concepciones urbanísticas durante todos esos años, algo que cuestionan los que oponen radicalmente el “urbanismo cualitativo” de los años 80 frente al eventualmente economicista y especulativo de los últimos años.
Efectivamente, es posible referirse a los distintos periodos “preolímpico”, “olímpico” y “postolímpico”. Pero no es menos cierto que, como apunta Oriol Clos arquitecto jefe del área, al presentar las estrategias de transformación actuales “desde el año 1979 el urbanismo de Barcelona ha seguido una evolución sin rupturas conceptuales. En esta continuidad se puede establecer una cierta inflexión alrededor de los Juegos Olímpicos de 1992. Los Juegos Olímpicos catalizaron los ensayos urbanísticos de los 80”. Aunque esa ausencia de rupturas sustanciales en las estrategias urbanas no impide resaltar la importancia del inicio, hacia el año 2000, de nuevas líneas de desarrollo de propuestas de planeamiento y proyecto para las actuaciones urbanísticas en curso. La complejidad de las transformaciones urbanas durante los últimos años debe tener en cuenta las concepciones que están en el fondo de las estrategias y las actuaciones puestas en marcha. Y ahí resultan decisivas las opciones tomadas en cada momento: desde las asociadas al discurso de la “reconstrucción de la ciudad” en el periodo preolímpico, hasta otras que permiten inscribir el urbanismo barcelonés en los procesos de revisión y en los cambios de ciclo del urbanismo a escala internacional durante la década de los 90.

Para algunos, esta presentación sistemática de los proyectos municipales puede ser entendida como una forma propagandística de la política municipal. Sobre todo si se atiende a algunas afirmaciones un tanto excesivas realizadas en el prólogo por el actual teniente de alcalde de Urbanismo sobre “la responsabilidad de gestionar el urbanismo de Barcelona, la ciudad en este aspecto más emblemática de Europa”. Pero el volumen tiene un contenido eminentemente técnico y se estructura en una serie de bloques que corresponden a los temas y ámbitos prioritarios de actuación urbanística: transformación, estructura, verde estratégico, proyectos urbanos, vivienda y barrios, ciutat vella. La reproducción de los documentos de carácter urbanístico y arquitectónico resulta de gran interés para conocer los instrumentos y los argumentos técnicos utilizados en las actuaciones de los últimos años. Porque una parte importante del “modelo Barcelona” se basa en las tentativas y los logros relativos a la integración de visiones sectoriales. Y esa es una aportación que queda suficientemente argumentada en un trabajo colectivo que corresponde al periodo postolímpico.

Barcelona y otras “ciudades olímpicas”Casi dos décadas después de la experiencia olímpica, Barcelona sigue siendo analizada en profundidad desde distintas perspectivas: geográfica, económica o histórica. No obstante, entre los centenares de artículos y publicaciones sobre el tema todavía no abundan los análisis comparados o con perspectiva internacional. Por ello, es importante resaltar la importancia de trabajos colectivos como el dirigido por J.R. Gold y M.M. Gold, Olympic cities: city agendas, planning and the world’s games, 1896- 2012 (Routledge, 2007, segunda edición en 2010). En el libro se interpretan los episodios olímpicos desde una perspectiva urbanística amplia. De los dieciocho capítulos, ocho son monografías o ensayos sobre otras tantas ciudades sedes de juegos olímpicos: Berlín 1936 (M.Meyer-Künzel), México D.F. 1968 (M.Barke), Montreal 1976 (D.Latouche), Barcelona 1992 (F.J.Monclús), Sydney 2000 (B.García), Atenas 2004 (M.M.Gold), Beijing 2008 (I.G.Cook), Londres 2012 (G.Evans). Además, un bloque introductorio incluye algunos ensayos de carácter general y otro se dedica a aproximaciones temáticas: financiación (P.Kitchin), promoción (S.V.Ward), regeneración urbana (J.Coaffee).

La visión comparada de este trabajo colectivo permite hacernos una idea de las continuidades y los cambios en el urbanismo olímpico y su relación con la trayectoria del urbanismo contemporáneo. La importancia del movimiento olímpico, naturalmente, va más allá de sus consecuencias urbanísticas. Pero es interesante entender que su utilización como estrategia urbanística no puede adscribirse de forma mecánica a la lógica de la globalización, como a menudo se ha interpretado el episodio de los Juegos de 1992 en Barcelona. Desde los Juegos de Londres en 1908 es posible comprobar impactos urbanísticos de cierta entidad. Y en los Juegos de Montreal de 1976 (casi una década después de la gran Expo de 1967) ya se utilizaban análisis de coste- beneficio, con una estrategia urbanística explícita.
En los distintos análisis, la experiencia barcelonesa se destaca como aquella en la que se produce un impacto urbanístico más evidente, asociado a la regeneración urbana, a la recuperación del litoral y a la catalización de otros proyectos urbanos previstos con anterioridad. Barcelona se convirtió, por estos motivos, en un referente que las candidaturas posteriores han tenido muy en cuenta (con excepciones como la de Atlanta 1996). Pero no habría que exagerar la originalidad del “modelo Barcelona”. Al menos en cuanto a lo que se refiere a la adopción de un urbanismo estratégico vinculado a la mercadotecnia urbana, ensayado por muchas otras ciudades desde la década de los 80 del siglo pasado. Lo que verdaderamente atrae la atención de los gestores y técnicos urbanos es el éxito de sus estrategias integradoras con resultados notables en el campo de la arquitectura y del diseño urbano. Y el objetivo creciente de las críticas es la excesiva presencia de la arquitectura icónica y cierta subordinación de las políticas urbanas a la lógica del turismo (con un peso cada vez mayor de las iniciativas empresariales en detrimento de las públicas) asociada al deseo de posicionar constantemente Barcelona en la Liga urbana internacional.

El urbanismo de los eventos y los “proyectos emblemáticos”
En paralelo a esas aproximaciones académicas, han proliferado otras visiones, generalmente más críticas, entre las que domina una perspectiva periodística. Aunque centrado en la arquitectura “estelar” y sus eventuales efectos urbanísticos, es destacable el libro de Ll. Moix, Arquitectura milagrosa. Hazañas de los arquitectos estrella en la España del Guggenheim (Anagrama, 2010). Se puede decir que el trabajo prolonga las investigaciones periodísticas del autor, cuyo libro “La ciudad de los arquitectos” (Anagrama, 1994), supuso una aportación interesante para conocer el papel de los técnicos en el urbanismo barcelonés.


En este ameno libro, el urbanismo reciente de Barcelona se presenta junto a otros episodios de “arquitectura estelar” y urbanismo estratégico en ciudades españolas. El autor sitúa en paralelo fenómenos como el de Bilbao, Valencia o Santiago en relación al de Barcelona o Zaragoza. Es decir, ciudades “sin eventos” pero con grandes “operaciones emblemáticas” presididas por arquitecturas estelares, junto a otras en las que los diferentes eventos (JJ.OO. 1992, Forum 2004, Expo 2008) suponen hitos importantes porque los plazos fijado para la celebración de los mismos supone ya compromisos ineludibles y marca las agendas de las instituciones, de los políticos y de las operaciones arquitectónicas y urbanísticas.

El autor, que ya había publicado una esclarecedora monografía sobre el papel de los arquitectos en la Barcelona olímpica (“La ciudad de los arquitectos”, Anagrama, 1994), efectúa una revisión crítica de las iniciativas de los últimos años asociadas a la proliferación de arquitecturas singulares y arquitectos estrella en diversas ciudades españolas, como parte esencial de un ciclo que ha marcado la economía y la política de las mismas. La confianza en el “potencial milagrero” de la arquitectura icónica y de los arquitectos estrella o la desmesura de algunas de esas operaciones no lleva a Llatzer Moix a generalizaciones excesivas, prestando especial atención a los casos de la “Ciudad de la Cultura” de Santiago de Compostela y a la “Ciudad de la Artes y las Ciencias” de Valencia. Porque es cierto que cada una de esas historias nos lega una enseñanza diferente. En esas dos ciudades, la lección es que “la conjunción de clientes inexpertos con arquitectos incontinentes conduce a la desmesura y al derroche de dineros públicos”.

En el caso de Barcelona, a pesar de su tradición urbanística y arquitectónica, la ciudad tampoco se ha librado de la “fiebre estelar”. Así, entre las “lecciones desaprendidas”, el autor explica de forma convincente la pérdida de un primer espíritu de intercambio cultural presente en el periodo olímpico, y su desplazamiento paulatino por la mercadotecnia de la imagen y de las apuestas icónicas. “La cultura, por la economía”. La visión irónica del autor sobre los penúltimos episodios – el edificio Fórum, la Torre Agbar o la remodelación del Camp Nou- resulta especialmente ilustrativa de esos cambios, pues Barcelona, que antes había sido considerada un referente internacional, actúa cada vez más como tantas otras ciudades, “primando las promociones arquitectónicas de marca, espectaculares, icónicas”. Aunque es cierto que la imposición del mundo del espectáculo y de las marcas, con la consiguiente espectacularización de la arquitectura, no es un fenómeno que haya aparecido de la noche a la mañana, como se comprueba en la proliferación de edificios singulares desde hace bastante más de dos décadas.
En definitiva, uno no puede estar más de acuerdo con las conclusiones del autor: “urge, en definitiva, devolver sensatez a la arquitectura, en especial a la que se levanta con inversión pública”. Si bien hay que reconocer que la mayor parte de la arquitectura pública ha experimentado una mejora sustancial en calidad y en su integración urbana. Y que Barcelona ha sido, sigue siendo un excepcional laboratorio urbanístico en el que se pueden comprobar las ventajas y los límites de la experimentación arquitectónica, la potencia y los costes de los grandes eventos, o las tentativas de integración urbanística y paisajística frente a los procesos de banalización de nuestros paisajes urbanos y metropolitanos.

Bibliografía
AA.VV. Barcelona, Transformación, Planes y Proyectos. Ayuntamiento de Barcelona, 2008.
GOLD, J. R. y GOLD, M.M. (eds.). Olympic cities: city agendas, planning and the world’s games, 1896- 2012. Londres: Routledge, 2007, segunda edición en 2010.
MOIX, Ll. Hazañas de los arquitectos estrella en la España del Guggenheim. Arquitectura milagrosa. Barcelona: Anagrama, 2010.
MONCLÚS, J. El 'modelo Barcelona' ¿Una fórmula original? De la 'reconstrucción' a los proyectos urbanos estratégicos (1997-2004). Perspectivas Urbanas / Urban Perspectives, octubre 2003, vol 18, nº 4 <http://www.ub.edu/geocrit/b3w-895/www.etsav.upc.es/urbpersp>. Versión inglesa: MONCLÚS, .J. The Barcelona Model: an original formula? From "Reconstruction" to Strategic Urban Projects (1979-2004).Planning Perspectives, 18, 4, 2003.

Referencias adicionales:

GORDILLO, A., “Qual o plano de Cidade na Copa 2014?”, Bahia Na Rede (27.04.2011)
http://blogbahianarede.wordpress.com/2011/04/27/qual-o-plano-de-cidade-nos-projetos-da-copa-2014/
SCHELOTTO, S. , “La ciudad de Montevideo: ¿una metrópoli policéntrica?”, Centro-h, Revista de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Centros Históricos, No. 2, diciembre 2008
MONCLÚS, F.J., GUARDIA, M. (eds.), Culture, Urbanisme and Planning, Ashgate, Londres, 2006

Javier Monclús

 

domingo, 9 de octubre de 2011

Beulas y Moneo en el CDAN

Ayer, en el Centro de Arte y Naturaleza-Fundación Beulas de Huesca, la presencia de su amigo Rafael Moneo era el regalo que había preparado Teresa Luesma, Directora del CDAN, para el escultor José Beulas, en su 90º cumpleaños.


Fue un encuentro que no defraudó a los que asistimos a la Jornada, ya que son contadas las ocasiones en las que tenemos el privilegio de estar en un buen edificio, escuchando las explicaciones sobre el diseño del mismo al arquitecto-autor (Moneo), y con la participación del promotor (José Beulas) que estaba sentado en la primera fila. Las improvisadas y reiteradas intervenciones de Beulas en el discurso de Moneo para puntualizar aspectos sobre la eficacia de la iluminación natural de la sala principal, o los criterios para el emplazamiento de la futura ampliación del complejo, dieron como resultado una entretenida dialéctica entre arquitecto y cliente-artista que puso de manifiesto, al margen de sus diferentes apreciaciones puntuales, la amistad madura e inquebrantable entre ellos.



Trazas de la siega en Benabarre (Huesca). Fot.: P. de la Cal


La sesión había comenzado con la lectura de una conferencia inédita de Beulas, escrita hace 32 años, pero que mantiene plena vigencia e interés. La ponencia busca las claves de esa “brecha de incomprensión entre el público y los pintores” que se produjo con el inicio de pintura al aire libre y el abandono de los antiguos procedimientos de taller a mediados del siglo XIX, y realiza una síntesis magistral del proceso evolutivo que discurre desde el impresionismo, hasta el cubismo y la abstracción. Expone que, por encima de las distintas teorías, lo que tiene validez es la sensibilidad mostrada por los artistas en esa aproximación en la que “siendo figurativo, hay que pensar en abstracto”, y planteaba, ya en 1979, que no existe riesgo de estancamiento en el arte, ya que, en palabras de Beulas, “la naturaleza está ahí, y siempre habrá alguien con una óptica distinta para interpretarla”.


El "Puro" y la pared del mallo "Pisón", en Riglos (Huesca). Fot.: P. de la Cal



Como una secuencia lógica con el contenido de esta ponencia, Rafael Moneo explicó en su conferencia la influencia que han tenido tres pintores, y su obra, en tres de sus edificios. En la Fundación Miró de Mallorca, la pintura de Joan Miró le inclina por una apuesta de geometrías quebradas, que esquivan la perspectiva hacia una “deliberada destrucción de la visión unitaria del espacio”. En el Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal de San Sebastián, el planteamiento estratégico de la solución volumétrica es plena deudora de la estética oteiziana. Dos sólidos activados por una geografía, como en la condición flotante de las composiciones de Jorge Oteiza, que se alejan con brillantez de ese tejido denso-construido-estático de las manzanas residenciales que hacen de fondo y realzan las dos figuras adelantadas. Por último, en el CDAN, Moneo encuentra la inspiración en esos paisajes pintados por José Beulas, esas “geografías geometrizadas por la reja del arado”, esos “dibujos de la tierra realizados por el labrador”, que encuentran además su reflejo en las onduladas paredes verticales de las peñas de las sierras oscenses, como Riglos o el Salto de Roldán.



Moneo profundiza en el esfuerzo que hace el arquitecto para mantener la fuerza y la expresividad de ese imaginario abstracto, desencadenante del proceso inicial de inspiración y génesis del proyecto, a lo largo del proceso proyectual y constructivo del edificio. Un proceso en el que lógicamente, superada esta fase inicial, se incorporan otras cuestiones funcionales, táctiles o constructivas que necesariamente son ya ajenas a la propia influencia directa de la abstracción pictórica.



Mallos de Riglos (Huesca). Fot.: P. de la Cal



Logris VI, 2011. Díbujo a lápiz. Lluís Hortalá




Al tiempo que disfrutábamos de la precisa oratoria de Moneo, en los lienzos laterales de la sala podíamos contemplar unas series de gran formato, de montañas, paredes y agujas, escaladas entonces y ahora dibujadas por Lluís Hortalá, que tan bien acompañaron el discurso de Moneo sobre la influencia de esta naturaleza pétrea en los muros de la Fundación, en esa dialéctica de oposición de lo cóncavo y lo convexo, en esa búsqueda de la fluidez en espacios no perspectivos…





Lienzos curvos exteriores del CDAN-Fundación Beulas (Huesca). Fot.: P. de la Cal



Pero por encima de todo, nos quedó la sensación de una sesión realmente estimulante, por la intensa relación entre dos grandes amigos, que en su plenitud mantienen intacto su interés ante nuevos proyectos, y que tienen en la naturaleza una fuente constante de inspiración. Una actitud que llena de optimismo nuestro trabajo, la intervención en el paisaje y en la ciudad, que debe ser capaz de encontrar en la naturaleza, e interpretar, esas “claves abstractas”, como tan magistralmente han acreditado nuestros dos protagonistas: los maestros, de profesión y de humildad, Beulas y Moneo.


Pablo de la Cal

miércoles, 20 de julio de 2011

Reflexiones sobre paradigmas urbanísticos, el Anillo Verde de Zaragoza y las Guías de integración urbanística y paisajística

Javier Monclús

Con el título Proyectos integrados de arquitectura, paisaje y urbanismo, a finales del pasado mes de junio se desarrolló un Curso de verano en Jaca, organizado por la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza. El curso reunió a 12 ponentes, 8 de la Universidad de Zaragoza y 4 externos a ella. Entre las diversas cuestiones abordadas en el curso, se incluye una del abajo firmante, sobre “Paradigmas urbanísticos y proyectos integrados. Entre el urbanismo arquitectónico y el ecourbanismo paisajístico”. Como el tema puede ser de interés para algunos estudiantes, profesionales o para ciudadanos en general, nos ha parecido interesante reproducir unos breves párrafos que se refieren a un aspecto concreto: el Anillo Verde de Zaragoza y las Guías de integración urbanística y paisajística para el Este de Zaragoza. Lógicamente, el contexto de la reflexión se encuentra en el libro que ahora se prepara con la totalidad de las aportaciones realizadas. Pero la nota en el Blog puede servir de pretexto para avanzar y ampliar la discusión en ámbitos académicos y ciudadanos. Y, sobre todo, para dar a conocer un documento que puede descargarse libremente en el servidor de la Universidad.

Paradigmas urbanísticos y proyectos integrados. Entre el urbanismo arquitectónico y el ecourbanismo paisajístico (extracto último apartado)

“…En esa secuencia de líneas de actuación podemos inscribir la propuesta del Anillo Verde. Un anillo que ya se había planteado a mediados del siglo XX (en los planes urbanísticos de postguerra (Anteproyecto de Ordenación General 1948 y Plan 1957), como “cinturón verde”, pero que entonces era concebido como límite al crecimiento urbano y no tanto como elemento vertebrador del sistema de espacios libres en toda la ciudad, auténtica “estructura verde”, comparable a la que se desarrolla en muchas otras ciudades europeas. En Zaragoza, la concepción del Anillo Verde se concreta en un trazado de unos 30 km de longitud, mediante la conexión de los tramos urbanos del Ebro con los del Canal Imperial de Aragón a través de la reconversión de una antigua línea ferroviaria en un sistema lineal de espacios públicos (o “corredor verde”, con denominación un tanto excesiva). Un proyecto que podría ser bastante más ambicioso si se consiguiera su “cierre” por el Este, ahora todavía en forma de conexión verde limitada.
Cinturón verde (1948-1957)

Anillo Verde de Zaragoza (2008)
Guías de integración urbanística y paisajística: planos resumen
Guías de integración urbanística y paisajística: Parque del Este
Podemos aludir aquí a los estudios previos para la intervención en la Orla Este de Zaragoza. Se trata todavía de propuestas no aprobadas y en fase de debate, pero que resultan indicativas de las orientaciones que interesan ahora en un urbanismo posible y deseable. En primer lugar, porque surgen de diversas entidades y con lógicas diferentes, aunque convergentes: Colegio de Arquitectos, Consorcio Expo, Universidad. Se trata de las Guías de integración urbanística y paisajística para el Este de Zaragoza, concebidas con la intención de ampliar esas estrategias, “cerrar el Anillo Verde” en el Este y “abrir los barrios al medio agrícola y natural”. Las Guías se plantean con unas concepciones bastante diferentes a las tradicionales en lo que se refiere a los parques de borde o transición periurbana (entre el espacio urbano y el agrícola o natural). Aunque la renovación conceptual no es suficiente y resulta necesaria la elaboración de otros documentos técnicos que desarrollen las Guías y que permitan gestionar y resolver la compleja problemática propia de los ámbitos periurbanos (plan especial, proyectos de urbanización…). Como también es imprescindible una auténtica participación ciudadana, así como una decidida voluntad política para abordar los problemas de probable deterioro social y ambiental o del proceso de abandono de los espacios de “huerta”, y también para aprovechar las oportunidades que ofrecen esas situaciones de transición y de proliferación de vacíos urbanos para regenerar esa parte de la ciudad.

Tanto en Barcelona como en Zaragoza (y aunque, de distintas formas, en otras muchas ciudades) es posible comprobar cómo la reconsideración de los “nuevos espacios verdes” y su potencial papel vertebrador del crecimiento urbano constituye hoy en día un aspecto central de las nuevas formas de intervención urbanística, si bien se aprecia la necesidad de renovación de los instrumentos tradicionales del planeamiento urbanístico. En cualquier caso, la progresiva imposición de instrumentos más ágiles se manifiesta en la proliferación de todos esos nuevos documentos que inciden en los procesos urbanos: planes verdes, planes directores de espacios libres, directrices, anillos verdes, guías paisajísticas, planes especiales, etc. Y no es casual que todos ellos se inscriban en el renovado paradigma urbanístico y ambiental”.

J. Monclús (dir.), P. de la Cal, C. Avila, M.A. Jimenez, C.Martí y colabs.,
Guías de integración urbanística y paisajística. Orla Este de Zaragoza Universidad de Zaragoza- Ayuntamiento de Zaragoza., 2011; Los documentos pueden descargarse en las siguientes direcciones (copyleft: sin derechos pero citando procedencia):

http://eina.unizar.es/docs/urbanismo/pdf/separata_1_sintesis_del_proyecto.pdf http://eina.unizar.es/docs/urbanismo/pdf/separata_2_parque_del_este.pdf
http://eina.unizar.es/docs/urbanismo/pdf/anexos.pdf
http://eina.unizar.es/docs/urbanismo/pdf/plano_propuesta_guias_din_a1.pdf
http://eina.unizar.es/docs/urbanismo/pdf/guias_de_integracion_urbanistica_y_paisajistica_orla_este_de_zaragoza.pdf

domingo, 15 de mayo de 2011

El sentido de la ciudad

Hasta el día 5 de junio todavía puede verse una interesante exposición en la Lonja y en el Museo Camón Aznar de Zaragoza. Con el título "Zaragoza. Visión emocional de una ciudad", los comisarios Ricardo Marco y Carlos Buil han reunido las "respuestas" de 216 artistas, videocreadores, escultores, fotógrafos, escritores y arquitectos. Recogemos el artículo introductorio del catálogo, cuyo autor es el profesor Ricardo Lampreave, junto a algunas respuestas (*) de arquitectos y profesores de nuestra Escuela.

El sentido de la ciudad (Ricardo Lampreave)

En su "5º y 6º Principio de cartografía y de calcomanía", Deleuze y Guattari explicaban que si el mapa se opone al calco ‒los términos nos sirven tal como los propusieron‒ es porque está enteramente dirigido hacia una experimentación derivada de la realidad. El mapa no reproduce un inconsciente cerrado sobre sí mismo, lo construye. Un mapa es abierto, es conectable en todas sus dimensiones, desmontable, reversible, susceptible de recibir constantemente modificaciones. Por tanto, puede ser roto, invertido, adaptarse a montañas de cualquier naturaleza, ser comenzada su realización por un individuo, grupo, formación social, como es nuestro caso. Se puede dibujar, decían, sobre un muro, concebirlo como una obra de arte, construirlo como una acción política o como una meditación. Un mapa tiene entradas múltiples, contrariamente al calco que vuelve siempre a "lo mismo". Un mapa es cuestión de ejecución, mientras que el calco remite siempre a una presunta competencia.

De hecho ha sido siempre así, no se inventaron nada. Recordemos, por no ir más lejos, que para felicitar a Walter Gropius el 18 de mayo por su cuadragésimo primer cumpleaños, Moholy-Nagy organizó en 1924 una carpeta con obras de seis profesores de la Bauhaus: Klee, Kandinsky, Feininger, Schlemmer, Muche y él mismo. Se inspiraron en una fotografía que eligió Laszlo aparecida en el suplemento Zeitbilder, del periódico Vossische Zeitung. Se veía en primer término un altavoz encaramado sobre el alfeizar de una ventana dirigido a una multitud concentrada abajo, en la calle, radiando por primera vez los resultados de las elecciones. Debiendo elaborar un mapa ‒no hace falta señalar lo reconocible que resulta el de Kandinsky, por ejemplo‒, rememorarlos sirve para confirmar la inevitabilidad del autorretrato en interpretaciones liberadas de cualquier exigencia funcional.

O recordemos la referencia que estimo más exacta y sugerente ‒pues se remite a arquitectos enfrentados a una ciudad‒, la exposición Roma interrotta promovida en 1978 por el historiador de arte Giulio Carlo Argan, entonces alcalde de la ciudad, ofreciendo en los Mercados Trajanos una reflexión sobre dos planos aparentemente contradictorios: la Pianta Grande di Roma de Giambattista Nolli ‒una celebradísima planta de la ciudad de Roma definiendo con precisión sus 14 rioni, un relevante documento histórico‒, debidamente repartida, como soporte para que los arquitectos elegidos propusieran sus particulares interpretaciones de la ciudad proyectando áreas aún sin edificar en 1748.
 Aldo Rossi. Roma interrota 1978
Robert Venturi. Roma interrota 1978
Dos de los cualificados participantes, Venturi y Rossi, una docena de años después de haber publicado sus libros, terminaban por coincidir adelantándonos la imposibilidad de recurrir a sistemas cerrados donde poder encontrar soluciones, reconociendo ambos la pluralidad y la fragmentación de las experiencias que vivimos, forzados a trabajar con una multiplicidad de elementos heterogéneos, con frecuencia abiertamente contradictorios, que es necesario interpretar e integrar mediante el proyecto. Una unidad que sólo puede lograrse a través del arduo camino de la inclusión de lo diverso y nunca mediante el de su exclusión simplificadora. La integración de esos elementos de procedencia diversa, que no son sino fragmentos desprendidos de otras unidades cuyo orden debe en gran medida ser olvidado, sólo puede ser llevada a cabo siguiendo el principio del montaje. El reto que se presenta al arquitecto contemporáneo es entonces cómo montar esos fragmentos para lograr que el conjunto funcione, para que tenga un sentido; qué estrategias establecer para conseguir unidad en lo múltiple, empeñados en dar más sentido a la ciudad sin caer en soluciones fáciles, pero sin rehuir tampoco el notable margen de arbitrariedad que caracteriza la arquitectura actual.

Lo único que no está en ellos, en Venturi y Rossi, el único resquicio que tiene hoy su diagnóstico, es lo que entonces no existía. Y también algunas de nuestras propuestas así lo evidencian. Ésta es la valía de estas iniciativas.

(* A continuación se reproducen las "respuestas" de cuatro profesores de la Escuela)

Aurelio Vallespín. La trama estriada de la ciudad se funde con la trama lisa de la vida
Javier Monclús. Zaragoza as an Egg

Carlos Labarta. 32º y unas miradas

Pablo de La Cal. Desmemoria